– El embrague es uno de los elementos que más averías registra. Por ello, es importante detectar ruidos no habituales que se produzcan al embragar ya que pueden ser sintomáticos de algún problema. La sustitución de este es un proceso complicado y su precio varía entre los 500 y 1.300 euros.
– En lo que se refiere a la válvula ERG, ubicada entre el colector de admisión y el escape, ésta controla el nivel de óxido de nitrógeno. Su exposición a altas temperaturas y la acumulación de la carbonilla y el hollín generado por los gases al quemarse son algunas de las causas que hacen que se averíe. Las señales que deben hacer que se revise son la disfunción en el arranque, tirones, alto consumo de combustible, ahogamiento del motor, exceso de humos y falta de potencia. Cambiarla es también bastante costoso, por lo que las facturas para arreglarla pueden estar entre los 300 y los 1.200€.
– El catalizador, aunque no es tan caro de arreglar (unos 200 euros), sí que implica un proceso complicado y su mano de obra es cara. La falta de potencia, que el vehículo se cale mucho, ruidos metálicos en la parte inferior del automóvil o la salida de humo denso y con olor extraño del escape pueden ser indicios de que este elemento está mal.
– En cuanto al turbo, la mayor parte de problemas que sufre están relacionados con la lubricación o con un exceso de carbonilla en sus conductos. Entre 800 y 1400 euros cuesta arreglarlo.
– Los inyectores, por su complejidad e importancia, son complicados y costosos de arreglar. Los motivos que provocan que se averíen son el desgaste natural, el uso de combustible de baja calidad y un mal mantenimiento del vehículo. Repararlos supone unos 250 euros en motores de gasolina y 500 en los diésel, más la mano de obra.