Tomarse una cerveza o una copa de vino es una conducta social totalmente normalizada por una gran cantidad de conductores de nuestro país. Y es que todavía existe la creencia de que la ingesta de alcohol en pequeñas dosis no influye en el comportamiento al volante. Hay quienes incluso se atreven a intentar engañar al alcoholímetro si se presenta un control de carretera. No obstante, pasan por alto que la fiabilidad de los dispositivos desmonta cualquier truco que intente alterar sus resultados, y que cualquier sustancia nociva para el organismo tiene consecuencias al volante.
Como especialistas en la fabricación de equipos y técnicas de detección y análisis de sustancias nocivas para la salud, el grupo alemán Dräger ha elaborado una lista con los principales falsos mitos que no ayudan a salir airosos frente a los controles de alcoholemia.
• Si dos personan consumen la misma cantidad, debe afectarles de igual forma. Este es un error de pensamiento muy común. Aunque dos personas, incluso de similar constitución, tomen la misma cantidad de alcohol, las condiciones físicas, personales y la propia naturaleza corporal de cada persona puede influir en la tolerancia al alcohol y la respuesta de reflejos en la carretera. El metabolismo y el funcionamiento del organismo es propio de cada individuo e influye de distinta forma.
• No hay riesgo por tomar una copa. Creer que ingerir poca cantidad de alcohol y estar bajo el límite legal no acarrea consecuencias puede ser peligroso. Incluso una sola copa de vino puede lanzar una tasa de alcohol de entre 0,25 y 0,35 ml para una mujer de entre 50 y 70 kilos, según datos de la Guardia Civil.
• Una alimentación copiosa ayuda a eliminar el alcohol consumido. Esta afirmación es errónea. Aunque hay una relación dependiendo de la cantidad de alcohol que se tome, este siempre estará en la sangre y puede repercutir en el comportamiento al volante y dar positivo en un control.
• Las herramientas caseras ayudan a burlar los controles. Tomarse un caramelo mentolado antes de hacer una prueba de alcoholemia, ingerir dos claras de huevo o chupar granos de café tampoco reduce los niveles de alcohol en la sangre ni ofrece solución para engañar al alcoholímetro. Asimismo, tampoco ayuda realizar una espera de dos horas antes de volver a subir al vehículo.
• Beber por debajo del límite legal no conlleva complicaciones. No importa la cantidad de alcohol que tomemos, ya que siempre vamos a estar expuestos a sus influencias, tanto en los riesgos que suponen sus efectos para la seguridad vial como en las sanciones al dar positivo.
• Hacer deporte o darse una ducha previa a la conducción. Ejercitarse después de consumir bebidas etílicas o tomar un baño no reducirá la dosis de alcohol en el organismo, por mucho que notemos una mejoría al realizar estos hábitos.