Los pinchazos son más comunes de lo que piensas. Tal vez nunca hayas sufrido ninguno aún pero, cuando menos te lo esperes, podría pasarte. Si te ocurre, lo primero que debes hacer es no agobiarte: tiene solución. En caso de que el percance no sea muy grave, podrás encargarte tú mismo o misma. Toma nota de estos pasos y verás cómo al final cambiar una rueda resulta ser más fácil de lo que creías.
Antes que nada, conviene tener en cuenta algunas cosas. Lo normal es que te ocurra en marcha, así que una vez te des cuenta de problema, procura apartar el coche hacia el arcén o un lugar más o menos tranquilo donde poder trabajar sin problemas. Antes de bajar del coche, ponte el chaleco, y lo siguiente que debes hacer es colocar los triángulos, a 50 metros por delante y por detrás del vehículo.
Afloja los tornillos
Lo primero que debes hacer es, con la llave, aflojar los tornillos, siempre que puedas de forma alternativa siguiendo un patrón de estrella o de cruz. Es importante que el coche esté sobre el suelo porque su propio peso te permitirá aflojarlos con más facilidad, puesto que lo normal es que estén bastante duros. Si la rueda está en el eje propulsor del vehículo, engrana una marcha para bloquearla, si no, con poner el freno de mano vale.
Utiliza el gato
En este caso la complicación reside en saber dónde colocarlo, puesto que hay que buscar un punto óptimo que utilice el chasis como punto de apoyo. Si lo colocas en un punto al azar, es posible que dañes el faldón lateral del vehículo. Por norma general los coches cuentan con dos zonas, marcadas de alguna manera, en cada uno de los laterales y situadas bastante cerca de cada eje. Una vez lo localices, eleva el coche hasta que la rueda esté entre a 5 y 10 centímetros del suelo.
Coloca la rueda de repuesto
Termina de desatornillar la rueda pinchada, conserva los tornillos y sácala de su posición. A continuación, acopla la de repuesto, comprueba que encaja bien y empújala hasta el fondo. Coloca de nuevos los tornillos (otra vez en forma de estrella o de cruz, en función del número que tenga) y apriétalos con las manos.
Baja el coche a su sitio y aprieta los tornillos
Baja el coche con cuidado hasta el suelo y retira después el gato. De la misma manera que el peso del vehículo te sirvió de ayuda a la hora de aflojar los tornillos, lo hará para apretarlos. Fíjalos utilizando la llave y comprueba que no se mueven.
Comprobaciones finales
El proceso para cambiar una rueda ya está terminado, pero quedan algunas cosas de las que debes ocuparte para evitar problemas. Lo primero es comprobar si la presión del neumático es la correcta y, después, si la rueda de repuesto es de galleta (lo más normal), debes tener en cuenta que solo es recomendable utilizarla durante un número de kilómetros limitado, además de que solo se debe circular a velocidades máximas de 80 km/h.