En muchas ocasiones los fallos en nuestro coche se manifiestan a través de ruidos que no son habituales durante un funcionamiento normal del coche. El oído es vital para los diagnósticos más primarios e importantes. Y uno de los ruidos que más conocemos los conductores es el que hacen los frenos del coche cuando chirrían. Esto puede ser motivo de alarma inmediata o que simplemente haya podido coger arena o suciedad. Pero para evitar problemas futuros tanto en el coche como de seguridad, vamos a analizar a qué se debe este ruido.
Como hemos mencionado anteriormente, el estado de los frenos es de vital importancia y si realiza un sonido excesivamente fuerte durante la marcha, puede deberse a diferentes cuestiones. En primer lugar, habría que fijarse en las pastillas de freno, el elemento que está en contacto con el disco para conseguir detener el vehículo. Casi todas ellas llevan unos avisadores y cuando se gastan aparece ese sonido agudo, o incluso un testigo en la instrumentación como señal de que es necesario un cambio.
Si cometemos el error de no hacer caso al ruido y continuamos desgastando la pastilla hasta el final, el disco también correría peligro de sufrir daños importantes. Otro motivo para la aparición de chirridos en los frenos es el propio estado del disco, si están muy desgastados es posible que no disipen bien el calor y que aparezcan vibraciones audibles desde el exterior.
El poco uso o la dejadez también pueden ser un enemigo. La humedad y la suciedad (polvo o partículas metálicas que desprende la pastilla) pueden ser otro de los motivos por los que los frenos chirrían. Esto puede hacer que el rendimiento sea inferior y que la temperatura en el frenado sea más elevada. Incluso se podría dar el ‘cristalizado’ de las pastillas, cuando se forma una fina capa fruto de la fundición de esa suciedad y que hace que pierda sus propiedades.
Para terminar con las posibles causas del chirrido de los frenos, hay que incluir el uso exhaustivo. Exponer al coche a muchas frenadas fuertes de forma seguida no es bueno y puede causar fatiga en el sistema de frenado. Debido a esto también se alcanzar altas temperaturas y puede suceder lo comentado anteriormente. Es muy importante una buena refrigeración de los frenos y un equipo acorde a las necesidades el coche.
Pero no siempre el chirrido de los frenos significa algo malo. Durante el proceso de frenado se genera mucho calor debido a la fricción y ese calor provoca algunas vibraciones minúsculas que se disipan en el sistema de frenado y que emiten ruido al hacerlo. Este tipo de chirrido no es un mal síntoma según Porsche, que también lo achaca al gran tamaño de sus discos y pastillas. Una mayor superficie de roce provoca más vibraciones y más ruidos.
Destacar que estos chirridos aparecen principalmente a bajas velocidades y no afectan al rendimiento de los frenos. Lo mismo podría aplicarse a algunos sistemas de frenado de competición que tienden a chirriar más debido a los compuestos utilizados. En cualquier caso, si se detecta cualquier problema en los frenos del coche hay que actuar con rapidez. Y como vale más prevenir que curar, aquí van algunos consejos para tener los frenos siempre a punto.