Diésel, gasolina, GLP, GNC, híbrido, eléctrico, … Son muchas las opciones que nos encontramos en la actualidad cuando vamos a un concesionario en busca de nuestro nuevo compañero de viaje. ¿Quién no ha dudado alguna vez? Para que tu elección sea lo más fácil posible, vamos a arrojar un poco de luz a este tema.
Motor eléctrico: para trayectos cortos
Si tu idea es comprarte un coche para circular por la ciudad y alrededores, puede que un motor eléctrico sea lo más conveniente. Es la opción ideal para quien pueda cargarlos con facilidad y vaya a realizar trayectos cortos, sin superar por mucho los 100 km entre recargas.
Además, sus emisiones directas son cero, como su consumo de combustible. El coste eléctrico cada 100 km es de unos 1,20 euros y no hay ningún tipo de ruidos mecánicos. Quizás el único impedimento sea su autonomía limitada, sobre todo en carretera. Y las baterías aún son un poco caras, lo que hace que su precio final aumente.
GLP: 35% de ahorro
Lo bueno de este tipo de vehículos que tienen un motor gasolina adaptado para funcionar con GLP es el ahorro en cuanto a carburante. Quizás no sea tan rentable como el GNC, pero ofrece 10 veces más puntos de recarga y sale más rentable que el diésel o gasolina. Es fácil recorrer 100 km con un compacto de GLP por unos 5,5 euros de media. Además, puedes sumar la autonomía de ambos depósitos y poder recorrer más de 1.100 km sin repostar.
Quizás el aspecto negativo sea la pérdida de capacidad en el maletero ya que los depósitos van alojados en la parte inferior del mismo. Y, a día de hoy, sólo hay 562 puntos donde repostar GLP.
GNC: coste por KM muy bajo
Este tipo de coches utilizan Gas Natural Comprimido como carburante y cuando éste se agota, pueden seguir funcionando con gasolina. Son ideales para aquellos que puedan repostar GNC con normalidad ya que su coste por km es muy bajo. Es fácil recorrer 100 km con un compacto de GNC por unos 3,5 euros de media. Además, puede recorrer 1.100 km sin repostar. Y está considerado un vehículo ECO por lo que puede circular por grandes ciudades, aunque haya restricciones al tráfico.
El impedimento que puede tener este tipo de vehículos es que sólo hay 47 puntos donde repostar GNC. Igual que el GLP, también pierden capacidad de maletero.
Diésel: para más de 20.000 km/año
Son la mejor compra para quienes van a recorrer muchos kilómetros, sobre todo por carretera. También interesan en el caso de SUV’s y todoterreno con tracción total. Lo bueno de los diésel es que consumen poco. Lo malo, la fiabilidad de sus sistemas anticontaminación se puede ver muy afectada si se abusa de los trayectos cortos.
Gasolina: Ideal hasta 10.000 km/año
Son una buena opción si no se van a recorrer más de 10.000 km anuales. También son los que mejores sensaciones de conducción aportan en deportivos y modelos de altas prestaciones. Tienen un funcionamiento suave y refinado. La mecánica es relativamente barata y bastante fiables.
Lo malo de la gasolina es que son los que más consumen, y desde el punto de vista de la contaminación son los que producen más CO2.
Híbridos: mejor para ciudad
Este tipo de vehículos cuentan con un medio para almacenar energía y una máquina que es capaz de transformar la energía en movimiento para propulsar al coche. Lo bueno de los híbridos es que tienen mayor eficiencia, porque el motor térmico funciona durante una mayor cantidad de tiempo en el régimen en el que aprovecha mejor el combustible. Tienen un menor consumo, cuenta con potencia extra en momentos puntuales, y puede reducir nuestras emisiones locales hasta hacerlas desaparecer.
Lo malo es que pesan más, al tener dos depósitos de energía y dos propulsores. También tienen un mayor coste inicial, al aumentar la complejidad del sistema de propulsión.