Los resultados se elaboraron a través de una muestra de 1.500 personas, con 750 encuestas realizadas a padres (de 25 a 54 años) y a hijos (de entre cinco y 12 años), cuyos progenitores son conductores habituales de coche.
El 53% de los menores considera que sus padres se despistan al volante para atenderles cuando están conduciendo, frente al 2% de los adultos que reconoce llevar a cabo esta práctica. Es muy difícil en ocasiones no despistarse, sobre todo si viajan varios niños, pero siempre es mejor mantener la calma y parar si es necesario, en cuanto sea posible.
Casi suspendemos a la hora de aparcar en las zonas escolares: un 44% de los padres aparca cerca del colegio de manera poco adecuada, junto a otros coches situados de igual forma.
Otro dato interesante señala que un 11% de los niños consideran que los adultos conducen «deprisa» cuando viajan en el vehículo con ellos, mientras que solo el 7% de los adultos reconoce conducir por encima de la velocidad permitida cuando viaja con los hijos.
En cuanto a los sistemas de retención en el coche, logramos el aprobado, pero el 28% de los pequeños aseguran no utilizar su silla especial nunca, y aunque algunos de esos niños ya midan más de 1’35 metros, es preocupante, ya que queda claro que los sistemas de seguridad salvan vidas.
El 17% de los menores asegura que su padre o madre habla por teléfono cuando conduce. Muchos niños entran solos al vehículo (con el riesgo que supone que no se coloquen bien el SRI) y la cifra asciende al hablar de los que bajan solos (con el peligro, esta vez, de encontrarse algún riesgo en la calzada).
¿Qué os parecen estos datos? Los que sois padres, ¿os sentís identificados con alguno de estos datos?